Rafael Nadal ganó un emocionante partido contra el serbio Novak DjokovicNo. 1 del mundo y campeón defensor, 6-2, 4-6, 6-2 y 7-6 (4), y en busca de su decimocuarta corona en Roland Garros jugará las semifinales contra el alemán Alejandro Zverev quien derrotó a Carlos Alcaraz 6:4, 6:4, 4:6 y 7:6 (7) en tres horas y 18 minutos.
Al término de un maratón de cuatro horas y 11 minutos, el número 5 del ranking impidió con este triunfo que Djokovic tuviera la oportunidad de sumar su tercer título en París y equipararlo con el 21 de Grand Slam. El español se clasificó por decimoquinta vez a semifinales en la tierra batida parisina, una ronda en la que solo ha perdido una vez, ante Djokovic el año pasado.
El serbio puso fin a su racha de 14 victorias seguidas y abandonó el campo sin saludar a la grada, visiblemente descontento con el apoyo que le estaban dando al español. Nadal, que había asegurado que esta noche podía ser su último partido en Roland Garros y que se había quejado del turno de noche, acabó teniendo un compañerismo excepcional con el público.
El duelo comenzó una noche estrellada de mayo, pero como las grandes batallas, las épicas, aquellas en las que los competidores lo dejaban todo y nada que salvar, terminó en una clara mañana de junio, algo que quedó en los anales de la historia del tenis. que nunca me había registrado. Desde el primer momento quedó claro que no sería un duelo fácil, sobre todo porque Nadal, que partía como una víctima, estaba dispuesto a encarrilar sus credenciales desde el primer momento.
Sorprendentemente, el español anotó el primer asalto con relativa facilidad y dominó el segundo 3-0, sacando dos servicios del rival. Eso puso fin a la racha de 22 sets consecutivos ganados por el serbio, que ingresó al torneo de Roma sin derrotas y los ganó todos en su camino a los cuartos de final en París.
El partido empezó como las semifinales de hace un año, pero esta vez Nadal no bajó los brazos y luchó hasta el final. Como era de esperar, el serbio despertó, anotó los siguientes tres juegos y ya estaba en racha con un set. No sin pelea, pues ambos disputaron cada milímetro de la distancia, en algunos juegos hubo regaños hasta la saciedad, como el 3:3, que duró 18 minutos. Con el correr de los minutos bajaron las temperaturas y el frío condensó el partido, malas noticias para Nadal que vio perder efectividad a sus golpes maestros.
Ante ello, el español, un genio para adaptarse al entorno, utilizó estrategia, menos potencia pero más inteligencia, que debió pasar desapercibida para el serbio, que tardó en reaccionar y cuando lo hizo ya tenía otro set en su contra. Animado, el número uno del mundo mostró su carácter y se puso 3-0 en el inicio del cuarto puesto, aunque tuvo que echarse atrás a la multitud con un feo gesto golpeando la red con la raqueta.
Los abucheos, el ‘Rafa Rafa’, le minaron la moral y cuando servía para ganar 5-2 en semifinales, Nadal volvió a demostrar su talento y niveló la pelea. Definitivamente tomaste el desvío. Pero la moral del serbio ya había bajado y en el desempate la ventaja fue claramente del español, que se puso 6-1 y llegó a semifinales con cinco bolas en el cuarto. Disparó cuatro antes de dar en el corazón del serbio.